Imágenes de La Ceibita es una narración visual autobiográfica, un diario visual del contexto doméstico del autor, una especie de álbum construido a partir de referencias propias: el círculo de amigos, los hijos de las amigas, el callejón que lleva el nombre de la familia que vive en la casa, los integrantes del equipo deportivo, el juego de dominó, la fiesta, los niños, el trabajo colectivo para mejorar la estructura vial, las canchas, la vida cotidiana del sector, la decoración de espacios interiores y las vistas del entorno. Al mismo tiempo, La Ceibita es un libro construido alrededor de la consciencia de los retratados, de la presencia de la cámara. El fotógrafo no estorba, como tampoco enaltece la escena; representa la vida misma, el día a día, pasando inadvertido porque es otro integrante del grupo. Esta es una serie descriptiva de la proximidad afectiva de Carlos Germán Rojas con su entorno y contexto vital.
La narración visual sigue las pautas establecidas por el otro autor, Claudio Perna –fotoeditor–, quien en el texto “Acción perceptiva” organiza explícitamente la secuencialidad de la propuesta bajo un “esquema sintético” –según Zuleiva Vivas en el prólogo– que va de lo general a lo particular.1La estructura de Perna guía la lectura, generando, como el título de su texto indica, una idea general a través de una acción perceptiva; de allí que inicie el relato con un mapeo de la localización del barrio a partir de vistas aéreas. Luego ubica la vialidad, a los habitantes del sector y el interior de las viviendas, para finalmente concluir la crónica biográfica con escenas de recreación y momentos de ocio. Por otra parte, en los enunciados conceptuales, Perna analiza las construcciones de viviendas en la periferia como fenómeno de explosión demográfica, una “circunstancia” que, particularmente en Venezuela –dice–, está vinculada a la ola migratoria del campo a la ciudad en la época de la construcción de la modernidad caraqueña durante la segunda mitad del siglo XX.
Las imágenes de La Ceibita fueron realizadas a partir de 1976, cuando Rojas se inició en la praxis fotográfica. Esta publicación constituye una valiosa propuesta documental conceptual, configurada a través de la autobiografía. Con La Ceibita se reinventa la tradición documental fotográfica del país a través del apunte “diarístico”. Su contenido se aleja de la tendencia documental humanista y localista enfocada en los otros, ejercicio de marcada influencia en los años setenta y ochenta. Representa entornos inmediatos y cotidianos del fotógrafo y, como sugiere Perna, es un “ensayo socio-geo-fotográfico” de la realidad caraqueña.
Por otra parte, es importante destacar que en su texto “Acción perceptiva”, Claudio Perna expone una conceptualización teórica sobre las cualidades y particularidades del género fotolibro:
1. ¿Es una foto un objeto de valor único?
2. ¿Qué sucede si una foto se acompaña de otras del mismo tema?
3. Todas las fotos de La Ceibita configuran una sola gran fotografía.
4. Un ordenamiento intencionado de una serie de fotografías relacionadas con un tema específico, podría dar lugar a que imaginemos las fotos como “stills” de un video (La TV es fotografía en movimiento).
5. ¿Es La Ceibita el mejor ensayo socio-geo-fotográfico de América Latina?
6. La Ceibita es la lucha entre una sola foto como todo o todas las fotos como una sola foto.
7. Para quienes apoyan el valor de LA foto en un documento singular, sería interesante para este escritor saber cuál de las imágenes propuestas sintetiza a la totalidad, es decir, ¿puede una sola imagen concentrar todo lo que expresa en su conjunto?
8. No hay duda de que La Ceibita es una investigación pionera dentro de un ensayo de la fotografía testimonial.
9. La Ceibita, a partir de este libro, se convierte en un modelo que puede funcionar como inspiración seminal a los estudios de los hechos sociales, físicos y humanos.
10. El significado de la fotografía depende del contexto.